ANUNCIOS DE LA SEMANA

Este Viernes a las 7 p.m. 1ra Clase de IBICER

EL GRAN PROYECTO DE DIOS

La familia es la primera institución de la sociedad. El Estado, la empresa, la escuela y aun la misma iglesia se fundamentan sobre la familia.
El 90% de todas las empresas en Estados Unidos, están controlada por una familia, la propiedad privada y la actividad empresarial tienen su origen en la familia. El Estado en su forma más primitiva, se originó en el núcleo familiar. Aún en los países con sistema de gobierno monárquico, el estado sigue siendo ejercido hereditariamente por una familia. La educación formal y la escuela tienen su génesis en la familia. Al principio no existían escuelas ni maestros; la educación la impartían los padres en las casa. Más adelante, el sacerdote ejercía labor educativa. Hasta el surgimiento del Estado en Roma y Grecia no existía la escuela formal.

En la Biblia los pactos entre Dios y el hombre, se dan siempre en torno a la familia:

A.- El Pacto Adámico con Adán y Eva.
B.- El Noémico con Noé y su familia
C.- El Abrahamico con Abraham y su familia
D.- El de la gracia tiene como entorno el desposario de María y José en el nacimiento de Jesús.

En la Ley de Moisés la familia es una se coloca por encima del templo cuando dice:

“Cuando alguno fuere recién casado, no saldrá a la guerra, ni en ninguna cosa se le ocupará; libre estará en su casa por un año, para alegrar a la mujer que tomó.” Deuteronomio 24:5

De los diez mandamientos 3 defienden la prioridad, la salud y santidad de la familia (Éxodo 20:12,14 y 17). En Israel el padre tenía mayor autoridad que el rey o sacerdote (éxodo 12:21-28; Deut. 6:1-9; Job 1:5 1° Samuel 20:29)
Jesús coloca los deberes familiares sobre el templo y cualquier otro deber religioso Marcos 7:1-13
La iglesia primitiva base su crecimiento sobre iglesias caseras o familias que hospedaban iglesias en sus casas.
En el manejo del dinero Pablo pone a la familia por encima de la iglesia (1Timoteo 5: 3-4,8) Cuando se delinea el carácter de los líderes de la iglesia una de las cosas que se destacan, es la formar de manejarse en su familia:

“Que gobiernen bien su casa, pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿Cómo gobernará la iglesia de Dios?” 1 Timoteo 3:4-5

En consecuencia, no es la iglesia, ni el estado ni la escuela el gran proyecto de Dios, es la familia. Cuando trabajemos en pro de lograr familias saludables tendremos iglesias saludables y un país mejor.

Conoce las debilidades de Satanás

Usted cuenta con armas contra el diablo! El quiere poseerlo y zarandearlo como a trigo; pero la Biblia revela sus puntos débiles. En este artículo examinaremos la manera en que usted puede descubrir estas debilidades y utilizarlas para resistir al tentador. En primer lugar:

El diablo no sabe todo

Es decir que Satanás no es omnisciente. La omnisciencia de Dios es un hecho enseñado claramente en las Escrituras: "...su entendimiento es infinito" (Salmo 147.5). Dios conoce todas las cosas que tienen que ser sabidas. Sin embargo esto no es así con el diablo.
Es obvio que no sabía donde estaba la tumba de Moisés. En Judas 9 se dice: "Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a preferir juicio de maldición contra él". ¿Cuál era la disputa que tenía Satán con Miguel? No puedo pensar de otra cosa sino que el diablo estaba tratando de localizar el cuerpo de Moisés. Dios mismo había enterrado a Moisés en un lugar que "ninguno conoce" (Deuteronomio 34.6). ¿Y por qué quería al diablo conocer el lugar? ¡Pues para darle la noticia a los hombres! Sabiendo la tendencia que los judíos tenían de adorar las cosas terrenales, Satanás pensó que ellos harían un santuario de su tumba. Harían peregrinajes a la tumba de Moisés en lugar de adorar al Dios de Moisés.
Satanás también falló en comprender Génesis 3.15, la primera profecía del evangelio. El muy bien pudo haber leído que un día la simiente de la mujer heriría su cabeza, pero no supo como sería. Si él hubiera sabido, no hubiera impulsado a los hombres a crucificar a Cristo. Cuando Jesús murió, el diablo pensó que había ganado la batalla. Sin embargo esto fue únicamente una herida del talón, una herida temporal. Cuando nuestro Señor fue levantado de la tumba, él infligió un golpe mortal al diablo, quitándole el poder de la muerte. ¡Satanás no supo esto antes!

Tomás el Apóstol

Tomás, llamado también Judas Tomás Dídimo, fue uno de los doce apóstoles de Jesús. Tomás significa "gemelo" en arameo, y Dídimo tiene el mismo significado en griego.
En los evangelios sinópticos y en los Hechos de los Apóstoles aparece en la lista de los apóstoles (Mateo 10:3, Marcos 3:18, Lucas 6:15, pero no se da más información acerca de él.
El apóstol Tomás aparece en varios pasajes del Evangelio de Juan.
Juan 11:16: Lázaro acaba de morir, y los discípulos se resisten a la decisión de Jesús de volver a Judea, donde los judíos lo esperan para apedrearlo. Jesús está decidido, pero es Tomás quien dice la última palabra: "Vamos también nosotros, para que muramos por él".
Juan 14:5: Durante la Última Cena, Jesús asegura a sus discípulos que conocen el camino al lugar a donde él va a ir. Tomás, sin embargo, pregunta: "Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?". Jesús replica que él es el camino, la verdad y la vida, y que sólo a través de él conocerán al Padre; interviene después Felipe pidiendo que les muestre al Padre. A esto sigue una compleja exposición que hace Jesús de su relación con el Padre.
Juan 20:24-29: Aunque a Tomás se le anuncia la resurrección de Jesús, se niega a admitirla: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos, y meto mi mano en su costado, no creeré." Ocho días después, Tomás toca con sus propias manos las heridas de Jesús en las manos y en su costado. Jesús le recrimina haber necesitado ver para creer. Es el más conocido de todos los episodios evangélicos relacionados con el apóstol Tomás.
Se atribuye a Tomás la evangelización de Oriente. Tiene una gran importancia tanto en Siria como en la India.

Las Calles de la Oración

La oración es la avenida maravillosa para recorrer y entrar en el país de la sanidad. Cuando me acerco a Dios y digo, OH Señor, que sea hecha tu voluntad, mi personalidad y mi naturaleza más profunda toca el lugar santísimo.
La oración me hace como niño, porque me hace depender del Padre celestial, en quién pongo toda mi confianza. Sé sin embargo, que mi gran lucha en este día es comenzar sin oración y sin mi tiempo de meditación, porque la sociedad en la que vivo, los periódicos, la televisión, las conversaciones y los compromisos intentaran echar al piso el tiempo que necesito pasar en oración.
Pero hoy quiero primero que nada caminar por las veredas de la oración.
La vida es dura en si misma y por ello debo tener mi tiempo de oración para enfrentar la dureza de esta vida.
Hoy no quiero escoger la oscuridad del mundo, más buscar la luz de Dios a través de la avenida de la oración.
Hoy he elegido regocijarme en la presencia de Dios. Regocijarme en el hecho de su crucifixión y resurrección.