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Este Viernes a las 7 p.m. 1ra Clase de IBICER

La Influencia modelo.


Permítame hacerle una pregunta: ¿qué piensa sobre la palabra influencia? Talvez por su mente pasan muchas ideas, por ejemplo, si hablamos de hijos, puede que se tenga la imagen de una influencia que se quiera ejercer sobre ellos, con valores morales, éticos y espirituales.
Ahora bien, si se piensa en los amigos de los hijos, en los lugares que visitan, o incluso los programas de televisión y radio que prefieren, estos podrían percibirse, ocasionalmente, como malas o buenas influencias.
Inclusive, cuando se recuerda el ambiente, ya sea laboral o de estudios, se puede notar que la influencia se experimenta más intensamente, ya sea en la figura del jefe, profesores, compañeros de trabajo, amigos u otras personas que le rodean. Sentir el efecto de los demás, es una experiencia inevitable, donde quiera que la persona se desenvuelva.
La palabra influencia, según la Vigésima Segunda edición del Diccionario de la Real Academia Española, es la habilidad de ejercer poder sobre otros, de cambiar su actitud o forma de pensar sobre cierto tema o situación. Es importante tomar en cuenta que el carisma, la confianza que se emana o incluso la alegría que se puede trasmitir a otros; influencia –con gran poder- a todos los que se tenga contacto, brindando inspiración para sus vidas.
En relación a esto, el respeto hacia los demás es un elemento vital para poder influenciar a otros. El optimismo y la confianza que se puede trasmitir a los demás, es una manera poderosa de nutrir sus vidas, de apoyarlos en los momentos difíciles con muestras de cariño y, sobretodo, de comprensión.
¿Se considera usted una persona influyente? Para ser una persona de influencia, debemos ser íntegros en nuestra manera de pensar y de actuar, debemos escuchar a los demás y tratar de entender a aquellos que se acercan a nosotros. Esto significa ser más empáticos, más comprensivos y hasta más expresivos con los que están cerca de nosotros. Escuchar sin juzgar, un abrazo en medio de la angustia, o una conversación amena que rompa el silencio, pueden ser factores que influyan y ayuden a un individuo a ser una persona más feliz.
Aunque muchas veces la influencia puede ser mal utilizada, por ejemplo, cuando se abusa de una posición de poder en un cargo laboral o cuando instamos a otros a hacer cosas que no son apropiadas, estamos en el deber de devolver su verdadero propósito a nuestra capacidad de influencia: impactar a toda una generación, cultura, familia e incluso, ayudar a todos aquellos que son vulnerables, o se sienten excluidos por la sociedad.
Usted puede ser un modelo digno de imitar. Puede ser motivador, mentor y multiplicador de buenas acciones; sembrando esperanza en los corazones que la necesitan y confianza en aquellos que desean explotar su potencial. Una clave importante para ser influyente en la vida de los otros es la honestidad, la sencillez y sobretodo, el agradecimiento por lo que se tiene. Esto le motivará a valorar la esencia de un corazón noble y, al cultivar la integridad, la capacidad de influencia generará una imagen más genuina.
Henry Ward Beecher, un prominente orador estadounidense de finales del siglo 19, mencionó lo siguiente: “Aun la más humilde de las personas ejerce alguna influencia sobre los demás, sea ésta buena o mala”.
La vida nos da la oportunidad de conocer personas que, de una manera u otra, nos pueden influenciar para vivir mejor. Está en nuestras manos tomar esas cualidades para guiar a otros a crecer y caminar hacia un mejor futuro. Una mano amiga en tiempos de tristeza, una palabra de consuelo en medio de la desesperanza o una sonrisa a pesar de las angustia, puede impactar el corazón de un individuo.
Ya sea que usted se desempeñe como líder, como padre o madre, amigo, o jefe, recuerde que tiene en sus manos una gran responsabilidad: llenar de influencia motivadora a los que estén a tu alrededor, particularmente si hay personas a su cargo.
Seamos guías, mentores y amigos de todos aquellos que necesiten una influencia positiva para vivir en estos tiempos en que las relaciones sociales se tornan cada vez más difíciles y distantes. Nuestra sociedad necesita más hombres y mujeres que animen y motiven a otros a luchar por sus ideales, por sus sueños y que puedan formar a otros para influir de forma carismática en nuestras comunidades. Compartamos este desafío y procuremos mejorar de forma concreta nuestro presente, sin duda alguna esto tendrá un impacto positivo en el futuro de las generaciones venideras. Dejemos a Dios guiar nuestro camino, que sus espiritu santo nos moldee y poder ser una influencia positiva!

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